Se acercan las vacaciones y una vez más, en muchas familias, estalla la locura de encajar horarios de trabajo de los padres, con los niños en casa todo el día. ¿Cómo compatibilizar las 10-11 semanas de descanso de los peques con nuestras 4 semanas como máximo?
España es uno de los países de la Unión Europea, con vacaciones escolares estivales más largas, pero las facilidades de conciliación familiar y laboral son muy escasas para la mayoría, en nuestro país.
Quizá un curso escolar menos intenso, con horarios más llevaderos (como en Finlandia donde por cada 45 minutos de clase, los niños disfrutan de 15 de juego o descanso), o con menos deberes y actividades extraescolares, haría que los niños necesitasen menos semanas de parada en verano y sería más fácil empezar de nuevo en septiembre. Pero la realidad está a la vuelta de la esquina y es que el curso se acaba, y nuestros hijos vienen con ganas de marcha.
Cuando empieza el mes de junio, llega el bombardeo con miles de opciones de campamentos de todos los tipos imaginables, y a veces es difícil centrarse entre tanta oferta.
Os dejo información y consejos para aclararnos un poco a la hora de decidir.
PRINCIPALES BENEFICIOS DE LOS CAMPAMENTOS
• FAVORECEN LA AUTONOMÍA E INDEPENDENCIA. Hoy en día tendemos a la sobreprotección. Un campamento supone una oportunidad ideal para que tomen decisiones propias, cuiden de sí mismos, se entretengan sin nosotros o pierdan el miedo a estar sin nuestra vigila continua.
• MEJORA SU FLEXIBILIDAD ANTE LOS CAMBIOS. Es una manera de sacarlos de su «zona de confort» (este término tan de moda, que también es aplicable a ellos). Se encuentran con: un entorno nuevo, monitores o profesores distintos, niños de distintas edades y a los que no conocen… Acostumbrarlos a estos cambios de vez en cuando desde pequeños, les ayudará a no sentirse inseguros en un sitio nuevo, simplemente por no haber estado antes. Crecerán convirtiéndose en niños más valientes, sociables y no dejarán escapar oportunidades por miedo a lo desconocido.
• MEJORA SU CAPACIDAD DE INTEGRACIÓN Y HABILIDADES COMUNICATIVAS. Les ayuda a tratar con gente nueva y a hablar ante personas que no conocen. Uno puede pensar que esto ya lo hacen durante el curso en el colegio, pero no es así. Los niños pasan muchos años en el mismo centro, y es como su pequeño mundo en el que se siempre se rodean más o menos, de las mismas caras. Un campamento fuera de su entorno habitual, le obliga a poner en marcha sus habilidades sociales, y a iniciar muchas relaciones desde cero.
• OPORTUNIDAD PARA DESCUBRIR O PERFECCIONAR CONOCIMIENTOS Y HABILIDADES. Pueden aprender y divertirse con actividades nuevas o para las que durante el curso, no tienen tiempo disponible. Los campamentos suelen usar más la vía lúdica para enseñarles, frente a los conocimientos más teóricos del colegio.
• FOMENTAN EL TRABAJO EN EQUIPO Y COOPERATIVO. Esto es algo fundamental hoy, ya que la tecnología tiende a aislarnos perdiendo la práctica con las relaciones cara a cara, a pesar de estar tan conectados permanentemente.
PASOS ANTES DE ELEGIR CAMPAMENTO
- HABLAR CON NUESTRO HIJ@. El mejor campamento, es aquel al que el niño acude contento y voluntariamente. No debemos obligar, sino animarle a tener nuevas experiencias. Su actitud dependerá de cómo sepamos presentarle esta oportunidad. Si para él, es una imposición, la rechazará de inmediato. Si lo ve como un resultado o recompensa a su esfuerzo durante el curso, la impresión que le cause será totalmente distinta.
- CONSENSUAR CRITERIOS ENTRE LOS PADRES. Es importante que expongamos entre nosotros, qué esperamos del campamento para nuestro hij@, que preferencias tenemos cada uno y que aspectos del mismo nos parecen más importantes. Es fundamental no forzar que el niño vaya a un sitio al que uno de sus padres se opone tajantemente, o no confía. Si ocurre cualquier tipo de incidente, llegarán las acusaciones y reproches.
- PLANIFICAR EL VERANO EN CONJUNTO. Los campamentos son muy beneficiosos para los niños en algunos aspectos, pero también necesitan descanso. No es conveniente encadenar distintos campamentos todo el verano, para que nosotros dispongamos de más libertad de horarios. El tiempo en familia, es insustituible e imprescindible para su educación y desarrollar los vínculos familiares. Hay tiempo para todo así que solo es cuestión de organizarse.
¿CÚAL ES LA EDAD IDEAL PARA IRSE DE CAMPAMENTO?
La edad ideal, será distinta según de qué tipo de campamento del que estemos hablando:
Campamentos Urbanos (sin pernoctar)
Suelen hacer horarios similares a los del colegio o guardería, por lo que si ya van durante el curso a cualquiera de estos, estarán adaptados a la separación de la familia y a las actividades dirigidas durante unas horas. La edad en este caso depende principalmente del tipo de actividades que vayan a realizar en el campamento (playa, piscina, deportes, idiomas…). Si nos aseguramos de que están adaptadas a su madurez, y de que tienen una dotación de personal y medidas de seguridad adecuadas, no tendremos problemas aunque sean pequeñitos.
Campamentos durmiendo fuera de casa
Lo más importante para saber si están preparados, es valorar de manera realista, la autonomía y madurez de nuestro hij@. Cada niño es distinto y tiene unas necesidades distintas, por lo que debemos adaptarnos a ellos. No es bueno forzar un primer contacto con este tipo de campamentos, si el niño no está preparado. Esperar a que sea mayor por miedo a que no se adapte, también es un error. Cuando tienen miedo a algo y no se enfrentan a ello, ese miedo tiende a hacerse cada vez más grande. Muchas experiencias se toman como algo natural siendo más pequeños, y se vuelven más extrañas y amenazantes ante sus ojos, según van cumpliendo años.
Los psicólogos consideran que 8 años, es la edad ideal para este tipo de campamentos. Como ya expliqué, esto dependerá de cada niño, su personalidad y sus vivencias anteriores.
Campamentos en el extranjero
La edad ideal para este tipo de campamentos dependerá principalmente de:
-Su dominio del idioma del país al que viaja.
-Su madurez y autonomía.
-Si va con alguna persona conocida anteriormente que hable su idioma, con la que poder contactar con frecuencia y fácilmente.
-Si se aloja en una familia, o en algún centro educativo con más niños en sus mismas condiciones.
-Posibilidad de desplazarse alguno de los padres de inmediato, en caso de ser necesario.
-Capacidad comunicativa del niño y medios para poder ponerse en contacto con nosotros. Es importante conocer su estado de ánimo y su adaptación, para poder actuar en caso de que sea necesario.
Por ser tantas las variables las que influyen en este caso, es mejor valorar a cada niño en particular y sus circunstancias para saber si ya está preparado.
Como dato orientativo, no son los niños más pequeños los más vulnerables y con más probabilidades de sufrir una mala experiencia. Son los niños que salen por primera vez de casa con 12-13 años, los que más dificultades tienen para adaptarse y aceptar un campamento sin miedos o reticencias.
¿QUÉ ASPECTOS ES IMPORTANTE VALORAR PARA ELEGIR EL MEJOR CAMPAMENTO?
- EDAD DEL NIÑO
- PERSONALIDAD Y GUSTOS DE NUESTRO HIJ@
- DURACIÓN. Campamentos de menos de 15 días son un poco justos para compensar el tiempo de adaptación con el de disfrute. Si son mucho más largos, pueden hacer que el final se les haga duro y les deje mal sabor de boca.
- UBICACIÓN. Ciudad, mar, montaña, cerca de casa, en el extranjero…
- COMIDA. Si cuentan con comedor propio o catering, tipo de comida que les darán y precauciones que toman en caso de alergias o intolerancias.
- SEGURIDAD. Lo más importante de todo. Debemos saber si el campamento cumple con los permisos necesarios, si tiene suficiente dotación de personal cualificado, el acceso a la asistencia sanitaria y protocolos de actuación en caso de accidentes. Lo ideal: visitar las instalaciones y preguntar y confirmar toda esta información, antes de matricularlo.
- PRECIO. No necesariamente el campamento más caro, es el más apropiado. El mejor será el que más se adapte a sus necesidades dentro de nuestras posibilidades.
RECOMENDACIONES A TENER EN CUENTA
- NUNCA, NUNCA, NUNCA: Forzar, obligar, amenazar, ridiculizar o cualquier otra actitud negativa hacia nuestros hijos. La manera de conseguir que el niño disfrute y acepte receptivo la experiencia, es hacerle partícipe en la decisión. Es importante que nos adaptemos a ellos y no a nuestra comodidad u otros posibles intereses.
- Recordarle que siempre responderemos a su llamada si nos necesita, y cumplir esta promesa SIEMPRE.
- Participar en las actividades o días abiertos para padres, aunque pensemos que pueda costarles continuar sin nosotros después de ellas.
- En campamentos de idiomas es recomendable informarse de: titulación o grado de conocimiento del idioma del monitor o responsable de los niños, horas dedicadas a aprenderlo y metodología de enseñanza con ellos. Ojo que hay mucho nivel bilingüe en spanglish.
- Si quieres apuntarlo a un campamento para desarrollar su habilidad en una actividad concreta (surf, tenis, golf, música…), infórmate bien de: cuántas horas dedican a la actividad, la cualificación de quien la imparte, tamaño de los grupos de niños que van a aprenderla, y metodología de enseñanza. Existen muchos casos de campamentos de «Inglés & golf» por ejemplo, donde la supuesta actividad estrella se imparte sólo durante una hora o dos a la semana.
- No ridiculizar jamás los miedos de un niño. Insisto en esto porque es importantísimo. Eso debilitaría su autoestima y puede hacer que deje de expresar sus miedos a los demás, creciendo en su interior en secreto. Hay que animarlos a que se enfrenten a ellos, predicar con el ejemplo de nuestra actitud y dejar que sean ellos mismos quienes los resuelvan aunque les acompañemos, ya que será la única manera de acabar con ellos.
- Permitirle que exprese sus sentimientos en todo momento con libertad (sobra recordar que esto es igual de importante en niños que en niñas). Si está en un campamento durmiendo fuera de casa, hay que entender como algo normal el que se emocione o llore al hablar con nosotros. Nos echan de menos y es su manera de expresarlo. Eso no es incompatible con que en cuanto cuelguen el teléfono, se lo vuelvan a pasar en grande sin pensar mucho en ello. Hay niños que necesitan más tiempo para volver a conectarse con el ritmo del campamento, pero también es natural.
- Dicen algunos estudios, que el amor lo alimenta más la ausencia que la presencia, así que este tipo de experiencias, pueden ayudarle a valorar más su vida diaria, su familia o su casa.
- No privar nunca a nuestros hijos de aquellas experiencias que nosotros no vivimos por miedo o falta de oportunidad.
Para despedirme os dejo una frase para reflexionar:
«Para abrir nuevos caminos, hay que inventar, experimentar, crecer, correr riesgos, romper las reglas, equivocarse… y divertirse.»
Mary Lou Cook
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