Es muy duro dar la noticia a unos padres ilusionados, de que han perdido a su deseado bebé sin saber por qué y en algunos casos, tras mucho tiempo de espera intentando conseguir el embarazo. El aborto espontáneo, es un oscuro miedo que nos acompaña a muchos las primeras semanas de gestación, o incluso hasta que llega a su fin, en aquellas personas que tienen malas experiencias previas.
Esta entrada busca que conozcáis mejor este problema y su probabilidad real. Definiciones según el tipo de aborto y el riesgo que tenéis en base a otros factores. También hablaré del peor de los casos en mi opinión, el aborto de repetición.
¿QUÉ ES UN ABORTO?
La SEGO (Sociedad Española de Ginecología o Obstetricia) considera aborto la expulsión o extracción de su madre de un embrión o de un feto de menos de 500 g de peso (aproximadamente 22 semanas completas de embarazo), o de otro producto de la gestación de cualquier peso o edad gestacional pero que sea absolutamente no viable (por ejemplo, huevo no embrionado, mola hidatidiforme, etc.), independientemente de si hay o no evidencia de vida o si el aborto fue espontáneo o provocado”.
La definición de la SEGO va en la misma línea que la de diversos organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO), y se centra en el concepto de viabilidad fetal.
Son definiciones duras, especialmente para quienes han vivido esta experiencia. Porque al margen de que nuestro hijo sea considerado: embrión, feto o «producto de la gestación», para una pareja con deseos de ser padres, es su bebé, su hijo, desde el primer día.
EL ABORTO ESPONTÁNEO, CONOCIENDO AL ENEMIGO
El aborto espontáneo se produce según la SEGO entre el 10-20% de los embarazos. Es decir que entre uno y dos de cada 10 de embarazos no llegarán a su fin, por un aborto espontáneo según los estudios.
El 60% de estos abortos son preclínicos, es decir, antes de manifestarse los síntomas.
Las 12 primeras semanas de gestación son clave respecto a este tema. El 85% de los abortos espontáneos se producen antes de la 12ª semana (aborto precoz) y si la gestación llega a la 7ª semana con una ecografía normal, la probabilidad de pérdida espontanea del embarazo es muy baja, menor del 5% de todos los abortos.
Los abortos tardíos son los que ocurren con 12 o más semanas de gestación, pero como hemos visto anteriormente, son mucho menos probables.
El riesgo de aborto espontáneo aumenta con la edad materna. Ente 1978 y 1992 se recogieron datos para un estudio realizado por el Centro Danés de Epidemiología Científica en Dinamarca, con un total de 634.272 mujeres. Sus conclusiones, de referencia para sociedades científicas de muchos países, fueron:
- El 13,5% de los embarazos destinados a ser llevados al término terminaron con pérdida fetal.
- A los 42 años, más de la mitad de estos embarazos resultaron en pérdida fetal.
- El riesgo de un aborto espontáneo fue del 8,9% en las mujeres de 20-24 años y del 74,7% en las de 45 años o más.
- El riesgo de un embarazo ectópico y la muerte fetal también aumentó con el aumento de la edad materna.
Según el protocolo de la Sociedad Española de Obstetricia y Ginecología, el riesgo de aborto espontáneo por edades es de: 11.1% entre 20-24 años, 11.9% de 25-29 años, 15% de 30-34 años, 24.6% de 35-39 años, 51% de 40-44 años y del 93.4% a partir de 45 años.
Las mujeres que han tenido ya un aborto espontáneo, aumentan también probabilidades.
FACTORES DE RIESGO QUE FAVORECEN EL ABORTO
- Edad materna. Ya hemos visto en datos su influencia, pero por desgracia no es un factor que podamos modificar.
- Estrés. Tradicionalmente se ha considerado un factor de riesgo aunque algunos estudios recientes relativizan su relevancia.
- Tabaco. Algunos estudios lo asocian con mayor riesgo de aborto. Es conocido su efecto vasoconstrictor. De todas formas es difícil concretar su influencia al depender del grado de consumo y la susceptibilidad de la persona que fuma.
- Alcohol. El alcohol está relacionado con un mayor riesgo de aborto y con la aparición de anomalías fetales.
- Otras drogas y factores ambientales. Drogas, plomo, óxido de etileno, citotóxicos… Es bueno consultar con el médico si estás en contacto con productos similares en tu trabajo.
- Defectos uterinos: Malformaciones, posiciones anómalas, insuficiencia cervical, miomas, sinequias intrauterinas…
- Patología endocrina. Enfermedades sin diagnosticar o mal controladas como: hipotiroidismo, diabetes, celiaquía, …
- Deportes de riesgo. Especialmente deportes donde exista riesgo de traumatismo.
Resumiendo… Vida sana, ritmo relajado y visita al médico si tienes algún problema de salud pendiente de controlar (ya sé que hoy en día es más difícil de lo que parece).
¿AMENAZA DE ABORTO O ABORTO EN CURSO?
La amenaza de aborto suele detectarse por un sangrado vaginal indoloro o con dolor muy leve en la zona pélvica. El cuello uterino está cerrado, el tamaño uterino corresponde a las semanas de embarazo y se detecta actividad cardíaca fetal (si el embarazo ha avanzado lo suficiente para poder valorarlo).
Entre el 90 y 95% de los embarazos con sangrado entre la semana 7 y 11, evolucionan positivamente si se detecta actividad cardíaca. Cuantas más semanas de gestación, mayores probabilidades de éxito.
Cuando hablamos de un aborto inevitable e inminente, el sangrado y dolor van en aumento, y el cuello del útero se dilata.
ABORTO DE REPETICIÓN… ¡¡UNA PESADILLA!!
Actualmente, se habla de aborto de repetición cuando se han producido al menos dos abortos consecutivos o más de dos alternos. Lógicamente solo se consideran como abortos previos, los ocurridos de forma espontánea y no los inducidos o provocados.
Se calcula que este problema, afecta entre el 1 y 5% de las mujeres.
El riesgo de producirse un aborto cuando ya se ha tenido uno previamente es del 16%, del 25 % cuando se han tenido dos abortos previos, del 30 al 45% cuando se han tenido tres abortos previos, y 50 % cuando se han tenido cuatro abortos previos.
Si has sufrido un único aborto no debes angustiarte, ya que en el 80%-90% de los casos, la siguiente gestación progresará con normalidad.
Hoy en día, en la mayoría de centros sanitarios, se comienza un estudio de la pareja cuando ya han sufrido dos abortos aunque siempre se tienen en consideración los factores personales de cada caso.
Las causas pueden ser genéticas, anomalías anatómicas del útero/endometrio/cérvix, factores endocrinos o infecciosos, autoinmunes…
Si este es vuestro caso, solo recomendaros que busquéis un buen profesional que os asesore y mucha paciencia y apoyo emocional porque es una vivencia muy dura para las parejas y familias que pasan por ello. Los problemas pueden separarnos o unirnos más fuerte, está en vuestras manos decidir cómo afrontarlo.
Esta es una entrada menos agradable de leer para vosotros y de escribir para mí, pero no por ello menos necesaria.
Fuentes:
Sociedad Española de Obstetricia y Ginecología. Protocolo SEGO Aborto Espontáneo y documento de consenso del Grupo de Aborto de Repetición. http://www.sego.es/
OMS. http://www.who.int/reproductivehealth/publications/unsafe_abortion/9789241548434/es/
Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO). http://www.figo.org/figo-prevention-unsafe-abortion-initiative
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/10864550
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/2029953
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